lunes, 28 de marzo de 2011

REFLEXIÓN SOBRE EL PASAJE DE LA SAMARITANA

Jesús adopta con la samaritana, que no tiene la menor gana de atraer la atención sobre su propia persona, porque tiene mucho que esconder, su táctica preferida. Ahondar en el corazón humano, hacerle tomar conciencia de sus nostalgias secretas, poner al desnudo su necesidad vital. Jesús no explica al hombre a partir de su pasado, sino de su futuro; es como si dijera: “Tú eres lo que puedes llegar a ser”. Resulta que de lo que tenemos necesidad es justamente de tener necesidad: "Si tú conocieras el don de Dios..."

La samaritana, aunque hacía como que no, necesitaba otra cosa. Igual que cada uno de nosotros. Si supiéramos de verdad lo que necesitamos para ser como tenemos que ser, para ofrecer una cara más presentable y creíble de cristianos. Si tú supieras...
·      Te agarras a lo superfluo, para negarte lo necesario.
·      Necesitas a Dios, pero tienes miedo de admitirlo.
·      Necesitas ternura, pero te pones una máscara de dureza.
·      Necesitas escuchar, y no paras de hablar.
·      Necesitas libertad, y te aferras a tus cadenas.
·      Necesitas la vieja y eterna sabiduría, y te alimentas de chismorreos de periódicos y revistas.
·      Necesitas el Evangelio, y llenas tu casa de libritos que dan pena.
·      Necesitas convicciones profundas, y pretendes seguir a flote de tus entusiasmos superficiales.
·      Necesitas meditación seria, y sigues con tu bla,bla,bla de slogans y de fórmulas.
·     Necesitas fantasías, y te obstinas en copiarlo todo y de todos, sobre todo de ti mismo y de tus propias rutinas.
·      Necesitas conversión, y no haces otra cosa que quejarte de los demás.
·    Necesitas sinceridad contigo mismo, y te empeñas en anestesiar tus heridas más profundas, contándote a ti mismo películas que ni siquiera son hermosas.
·    Necesitas ejemplos maestros, modelos verdaderos y corres detrás de cualquier charlatán de feria.
·    Necesitas morir como el grano de trigo en el surco, y te mueres por el éxito, la popularidad, el aplauso y los resultados inmediatos.
·      Necesitas el Misterio, y no haces más que exigir que todo sea claro, lógico, evidente, garantizado, seguro.
·      Necesitas decidirte y comprometerte, pero optas por cortar por lo sano, y rechazas el riesgo.
·   Necesitas lanzarte a la aventura, a la única aventura que merece la pena, y no abandonas la confortable sala de espera.
·      Necesitas esperanza, y te dejas cegar por ilusiones vanales.
·      Necesitas moralidad que no sea moralismo, verdades enteras y no a medias, oración verdadera y no devocionalismo, espiritualidad robusta y no sentimentalismo, fe y no milagrería, compromiso y no veleidad, fidelidad y no emociones, caridad y no palabrería estéril, capacidad de sacrificio y no victimismo, humildad y no discursos sobre la humildad.
·      Necesitas algo que tienes ante tus narices, y no lo ves.

Tienes necesidad de dejarte querer. En una palabra: necesitas tener necesidad, y tienes que hacerte capaz de recibir. Igual que la samaritana.


Ayuno, abstinencia, oración y sacrificio

Bueno en esta cuaresma es importante que hablemos de estos cuatro aspectos que la integran y en los que debemos poner mucha atención, porque en ocasiones nos confundimos o nos confunden, así que para que nos quede un poco más claro de cómo realizar estas obras cuaresmales ahí les va una breve explicación de cada una:


El ayuno y la abstinencia 

El miércoles de ceniza y el viernes santo son días de ayuno y abstinencia. La abstinencia obliga a partir de los 14 años y el ayuno de los 18 hasta los 59 años. El ayuno consiste hacer una sola comida fuerte al día y la abstinencia es no comer carne. Este es un modo de pedirle perdón a Dios por haberlo ofendido y decirle que queremos cambiar de vida para agradarlo siempre.

La oración 

La oración en este tiempo es importante, ya que nos ayuda a estar más cerca de Dios para poder cambiar lo que necesitemos cambiar de nuestro interior. Necesitamos convertirnos, abandonando el pecado que nos aleja de Dios. Cambiar nuestra forma de vivir para que sea Dios el centro de nuestra vida. Sólo en la oración encontraremos el amor de Dios y la dulce y amorosa exigencia de su voluntad. 

Para que nuestra oración tenga frutos, debemos evitar lo siguiente:

La hipocresía: Jesús no quiere que oremos para que los demás nos vean llamando la atención con nuestra actitud exterior. Lo que importa es nuestra actitud interior. 

La disipación: Esto quiere decir que hay que evitar las distracciones lo más posible. Preparar nuestra oración, el tiempo y el lugar donde se va a llevar a cabo para podernos poner en presencia de Dios. 
La multitud de palabras: Esto quiere decir que no se trata de hablar mucho o repetir oraciones de memoria sino de escuchar a Dios. La oración es conformarnos con Él; nuestros deseos, nuestras intenciones y nuestras necesidades. Por eso no necesitamos decirle muchas cosas. La sinceridad que usemos debe salir de lo profundo de nuestro corazón porque a Dios no se le puede engañar. 

El sacrificio 

Al hacer sacrificios (cuyo significado es "hacer sagradas las cosas"), debemos hacerlos con alegría, ya que es por amor a Dios. Si no lo hacemos así, causaremos lástima y compasión y perderemos la recompensa de la felicidad eterna. Dios es el que ve nuestro sacrificio desde el cielo y es el que nos va a recompensar.“Cuando ayunéis no aparezcáis tristes, como los hipócritas que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo, ya recibieron su recompensa. Tú cuando ayunes, úngete la cabeza y lava tu cara para que no vean los hombres que ayunas, sino Tu Padre, que está en lo secreto: y tu padre que ve en lo secreto, te recompensará. “ (Mt 6,6)” 

miércoles, 9 de marzo de 2011

Miércoles de Ceniza

La imposición de las cenizas nos recuerda que nuestra vida en la tierra es pasajera y que nuestra vida definitiva se encuentra en el Cielo.


Las palabras que se usan para la imposición de cenizas, son:
“Concédenos, Señor, el perdón y haznos pasar del pecado a la gracia y de la muerte a la vida”
 “Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás"
 “Arrepiéntete y cree en el Evangelio"

Antiguamente los judíos acostumbraban cubrirse de ceniza cuando hacían algún sacrificio y los ninivitas también usaban la ceniza como signo de su deseo de conversión de su mala vida a una vida con Dios.

En los primeros siglos de la Iglesia, las personas que querían recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo, se ponían ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad vestidos con un "hábito penitencial". Esto representaba su voluntad de convertirse. 

La imposición de ceniza es una costumbre que nos recuerda que algún día vamos a morir y que nuestro cuerpo se va a convertir en polvo.Nos enseña que todo lo material que tengamos aquí se acaba. En cambio, todo el bien que tengamos en nuestra alma nos lo vamos a llevar a la eternidad. Al final de nuestra vida, sólo nos llevaremos aquello que hayamos hecho por Dios y por nuestros hermanos los hombres.


Cuando el sacerdote nos pone la ceniza, debemos tener una actitud de querer mejorar, de querer tener amistad con Dios. La ceniza se le impone a los niños y a los adultos. 

martes, 8 de marzo de 2011

La Cuaresma

I. CUARENTA DÍAS DE TRABAJO
Cuaresma significa "cuarenta" y se aplica a los 40 días de intensa preparación a la fiesta de PASCUA.

Jesús se retiró durante 40 días. Moisés aguardó 40 días antes de subir al Sinaí. Elías caminó durante 40 días hacia el Horeb. Y la marcha de los judíos por el desierto duró 40 años. "40" es pues, un número simbólico que expresa víspera, "preparación" intensa de algo importantísimo que, para nosotros, es la PASCUA
No se entiende la Cuaresma si no es en función de la PASCUA. 

El tiempo de Cuaresma empieza el Miércoles de Ceniza y acaba el Jueves Santo. En ese período no se canta el "Aleluya" ni se recita el "Gloria".

En los primeros tiempos, la Cuaresma era un período de preparación intensiva al Bautismo, que se celebra en la noche de Pascua. El ser bautizado exige una coherencia y un cambio de mentalidad.

II. TIEMPO DE CAMBIO
La Cuaresma es pues, un tiempo de conversión. Convertirse significa "volver", "cambiar", "corregir el camino" "Renovarse". El cambio que queremos es pasar del "hombre viejo" al "hombre nuevo". "Hombre viejo" es el que vive a espaldas de Cristo y del Evangelio. "Hombre nuevo" es el que sigue a Jesús y vive según el Evangelio.

¿Tú eres un "hombre viejo" o un "hombre nuevo"? Piénsalo bien, ¡hombre!

Algunos cristianos creen que la conversión es sólo para los paganos y herejes.Y, claro, no necesitan la Cuaresma. Otros piensan que con no comer carne los viernes o dejar de fumar ya han cumplido... ¡No! Si no hay cambio, no hay Cuaresma. Cuaresma es cambiar de vida.

III. CAMBIAR EL CORAZÓN
Los Viernes de Cuaresma son días de abstinencia.

Ayunar por ayunar no tiene sentido y no hace a la gente mejor... Sobre todo en un mundo en que muchos ayunan, no porque es Cuaresma, sino porque no tienen qué comer. Abstenerse de comer carne es un signo que tiene su importancia por lo que significa.

El ayuno y la abstinencia son "signos de conversión". No son "la conversión".

El ayuno es signo de que tú:
- quieres "ayunar de pecados"
- te solidarizas con los hambrientos
- prefieres el pan de la Palabra
- frenas el consumismo
- quieres compartir lo tuyo.

La abstinencia es signo de que tú:
- quieres abstenerte del pecado
- no te comes el pan de los pobres
- te "mantienes en forma" por dentro.

IV. "CONVERTÍOS Y CREED EL EVANGELIO"
La Cuaresma es un tiempo de renovación para la comunidad. 0 la hacemos todos juntos o no es Cuaresma. Hace Cuaresma: la pareja, la familia, el grupo, la parroquia, la comunidad. Nadie hace la Cuaresma solo

Si los creyentes de este país cambian, todo el país hará el cambio. La Cuaresma ayuda a cambiar la sociedad. El modelo del cambio está en el Evangelio, la Palabra de Dios. Cuaresma es un tiempo favorable para el anuncio y la escucha de la Palabra. San Jerónimo decía: "Ignorar el Evangelio es ignorar a Cristo".

Jesús decía: "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de mi Padre". La lectura del Evangelio en familia, las convivencias, los Ejercicios Espirituales, los cultos de las Hermandades... son momentos privilegiados para escuchar la Palabra de Dios. No cierres tus oídos a la Palabra.

V. LA CUARESMA Y EL HOMBRE DE HOY
El hombre de hoy es un poco autosuficiente y algo olvidado de Dios. Confía demasiado en la razón y, a veces se cierra a la fe, ¿no te parece? El hombre de hoy piensa que la Cuaresma es para los "carrozas" y los "carcas": "ya no se estila".

Dicen que el hombre de hoy ha perdido la conciencia de pecado. ¿Será verdad que ya no hay pecados? ¿0 será que el hombre de hoy necesita más que ningún otro convertirse? Lo que pasa es que convertirse es algo complicado.

Cuando el hombre de hoy comprenda lo serio que es cambiar de vida y poner en cuarentena el corazón, entonces se dará cuenta que necesita la Cuaresma. El hombre de hoy es el hombre del evangelio, porque el evangelio siempre es de hoy.

Todos somos hombres de hoy, que necesitamos una Cuaresma de "hoy"