Jesús adopta con la samaritana, que no tiene la menor gana de atraer la atención sobre su propia persona, porque tiene mucho que esconder, su táctica preferida. Ahondar en el corazón humano, hacerle tomar conciencia de sus nostalgias secretas, poner al desnudo su necesidad vital. Jesús no explica al hombre a partir de su pasado, sino de su futuro; es como si dijera: “Tú eres lo que puedes llegar a ser”. Resulta que de lo que tenemos necesidad es justamente de tener necesidad: "Si tú conocieras el don de Dios..."
La samaritana, aunque hacía como que no, necesitaba otra cosa. Igual que cada uno de nosotros. Si supiéramos de verdad lo que necesitamos para ser como tenemos que ser, para ofrecer una cara más presentable y creíble de cristianos. Si tú supieras...
· Te agarras a lo superfluo, para negarte lo necesario.
· Necesitas a Dios, pero tienes miedo de admitirlo.
· Necesitas ternura, pero te pones una máscara de dureza.
· Necesitas escuchar, y no paras de hablar.
· Necesitas libertad, y te aferras a tus cadenas.
· Necesitas la vieja y eterna sabiduría, y te alimentas de chismorreos de periódicos y revistas.
· Necesitas el Evangelio, y llenas tu casa de libritos que dan pena.
· Necesitas convicciones profundas, y pretendes seguir a flote de tus entusiasmos superficiales.
· Necesitas meditación seria, y sigues con tu bla,bla,bla de slogans y de fórmulas.
· Necesitas fantasías, y te obstinas en copiarlo todo y de todos, sobre todo de ti mismo y de tus propias rutinas.
· Necesitas conversión, y no haces otra cosa que quejarte de los demás.
· Necesitas sinceridad contigo mismo, y te empeñas en anestesiar tus heridas más profundas, contándote a ti mismo películas que ni siquiera son hermosas.
· Necesitas ejemplos maestros, modelos verdaderos y corres detrás de cualquier charlatán de feria.
· Necesitas morir como el grano de trigo en el surco, y te mueres por el éxito, la popularidad, el aplauso y los resultados inmediatos.
· Necesitas el Misterio, y no haces más que exigir que todo sea claro, lógico, evidente, garantizado, seguro.
· Necesitas decidirte y comprometerte, pero optas por cortar por lo sano, y rechazas el riesgo.
· Necesitas lanzarte a la aventura, a la única aventura que merece la pena, y no abandonas la confortable sala de espera.
· Necesitas esperanza, y te dejas cegar por ilusiones vanales.
· Necesitas moralidad que no sea moralismo, verdades enteras y no a medias, oración verdadera y no devocionalismo, espiritualidad robusta y no sentimentalismo, fe y no milagrería, compromiso y no veleidad, fidelidad y no emociones, caridad y no palabrería estéril, capacidad de sacrificio y no victimismo, humildad y no discursos sobre la humildad.
· Necesitas algo que tienes ante tus narices, y no lo ves.
Tienes necesidad de dejarte querer. En una palabra: necesitas tener necesidad, y tienes que hacerte capaz de recibir. Igual que la samaritana.