La huesuda consternada
por la colonia vagaba
muy triste y desconsolada
pues lo que buscaba no encontraba
quería en el campo santo
alguien que le cantara
pero era muy exigente
no buscaba a cualquier gente
De pronto escuchó a lo lejos
voces angelicales
y se acercó rápidamente
a escuchar los recitales.
Cuál sería su sorpresa
eran los Niños del Coro
quienes ensayaban con ganas
para la misa de la siguiente semana
Llegó y les dijo sonriendo
“Encontré lo que buscaba
sus lindas voces serán
las que me canten por las madrugadas
vénganse mis chamacos
una tumba muy bonita
a cada uno le pondré
allá en el campo santo
donde yo misma los ensayaré”.
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